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Curaciones: 3 meses, 6 meses, 12 meses.
Es el queso más reconocido en España y fuera de nuestras fronteras. El manchego auténtico, se elabora exclusivamente con leche entera de oveja de raza manchega en la región de La Mancha: un vasto altiplano a más de 600 metros de altitud, que se extiende de este a oeste y de norte a sur, a caballo entre las provincias de Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, en la Comunidad Autónoma de Castilla – La Mancha, al sureste de Madrid.
Curaciones: 3 meses, 6 meses, 12 meses.
La finca El Jaron ha pertenecido a la misma familia durante cuatro generaciones, produciendo queso manchego desde hace más de 100 años. El queso se produce únicamente con leche de las ovejas de la finca, cuyo alimento son los arbustos, los cereales y las bellotas de El Jarón.
Variedades: Natural y ahumado.
Es un queso recio y austero, preparado para madurar largo tiempo, de producción tanto pastoril como industrial, con características bien definidas: leche cruda y entera de oveja lacha o carranzana, equilibrado y de ligera materia grasa, coagulada con cuajo natural de cordero lechal que le da el toque ligeramente picante. Su pasta, algo cremosa y firme, apasiona a los gourmets a quienes gusta «masticar el queso».
Curaciones: 4-6 meses, 12-15 meses
El queso zamorano goza de gran prestigio por su gran calidad y personalidad, debido a las razas de ovejas que predominan en la zona (churra y castellana), a las condiciones ambientales (clima frío y húmedo) y a su larga curación en bodega.
La elaboración del queso curado de oveja a partir de leche cruda, es una de sus actividades principales, aprovechando las magníficas condiciones de unos pastos siempre verdes y de las aptitudes del ganado de razas lacha y rasa Navarra o Navarra, seleccionado especialmente para la producción láctea.
El queso Mahón D.O.P. semicurado es de color anaranjado o pardo. La textura obtenida es mantecosa y muy agradable al paladar. Su sabor es intenso y ligeramente picante. El corte resulta muy fácil y muestra una superficie lisa, entera y brillante. Un clásico imprescindible en una tabla de quesos españoles.
Curaciones: 3 meses, 6 meses, 12 meses.
Tradicionalmente, la corteza marrón del mahon curado se obtiene de frotar la corteza con aceite y pimentón. El sabor intenso, ligeramente salado y ligeramente picante se acentúa a medida que el queso madura. Este queso único es un must para los amantes del queso y una necesidad para los expertos.
Variedades: Natural y ahumado.
El Queso Tetilla viene definido claramente por su forma tradicional cónica,con un ligero pezón en su vértice. Es el queso más característico de Galicia, elaborado con leche de vaca y fácilmente reconocible por su imagen y su corteza lisa y fina, de color amarillo pajizo.
Este queso de vaca es de elaboración lenta, cuidadosa y muy artesanal, con un moldeado y compactado lento pero intenso para desuerar perfectamente su interior. Con una maduración mínima de 60 días, tradicionalmente los quesos se elaboraban para guardarlos largo tiempo y se ahumaban con madera de abedul.
Corte amarillo, uniforme con pequeñas manchas oscuras. Ojos tamaño variable, tacto ligeramente aceitoso. Textura flexible y elástica. Aromas lácteos, con toques de mantequilla oxidada. En boca crujiente, sabores lácticos con toques vegetales. Regusto poco persistente.
El queso Mahón D.O.P. semicurado es de color anaranjado o pardo. La textura obtenida es mantecosa y muy agradable al paladar. Su sabor es intenso y ligeramente picante. El corte resulta muy fácil y muestra una superficie lisa, entera y brillante. Un clásico imprescindible en una tabla de quesos españoles.
Su nombre proviene del catalán “nieve” refiréndose a su blanco moho (penicilium candidium). Las cuajadas se drenan en bolsas de trapo y una vez firmes se abren para configurar su peculiar formato. Su interior es cremoso en los bordes siendo más firme en el centro. Tiene un sabor intenso, rico y mantecoso con notas de hierbas y un toque dulce y suave a cabra.
Variedades: Pimentón, natural y gofio.
Queso de la isla de Fuerteventura. Los factores fundamentales de su calidad son los ricos pastos nacidos de la tierra árida, pero agradecida, y las características inigualables de la cabra majorera, animal rústico de gran adaptabilidad que produce una leche densa, aromática y grasa.
Gran queso de cabra elaborado en una quesería familiar en el área montañosa de Extremadura, cerca de la frontera con Portugal. Es un queso semi duro pero con un agradable toque cremoso en paladar. Curado durante un mes, de pasta blanca, con un sabor ligeramente dulce con toques que recuerdan a los verdes pastos y un regusto ligeramente amargo.
Uno de los azules más prestigiosos del mundo. Obtuvo el Lactium de Oro en 2009 y la Medalla de Oro en los World Cheese Awards 2011 al me-jor azul. De maduración lenta (entre dos y tres meses), con corteza delicada y frágil. Su interior es ligeramente blanco, con tonos maril pálidos en los que se dibujan unas vetas azules que nos transportan a paisajes húmedos. Cremosidad y elegancia en el paladar con sabores de mante-quilla, y un ligero punto picante y de sal. Queso para recordar, compartir y repetir.
La leche de búfala del Empordà tiene un alto contenido en calcio, magnesio y fósforo, así como un alto valor energético. Su interior es de color blanco amarillento con pequeños agujeros azules por los que circula el oxígeno que hace que se desarrolle el hongo azul.
Su cremosidad lo hace inconfundible. Se funde en boca y nos recuerda los taninos de la madera, la encina y el pino. La presencia de azul es el resultado del toque de humedad y el largo reposo en bodega.
Desde 1985 el queso, Páramo de Guzmán, se caracteriza por el minucioso proceso artesanal con el que se lleva a cabo. La elaboración comienza con el ordeño de la más antigua y noble de las razas ovinas castellanas, la oveja Churra.
La producción de Páramo de Guzmán se elabora tan solo dos veces al año, en primavera y otoño, épocas en las que los pastos tienen la más alta concentración de los aromas y sabores que identifican a Páramo de Guzmán: tomillo, romero y salvia. Para su producción solo se utiliza leche fresca del ordeño del mismo día, se emplean cuajos naturales y la leche se utiliza cruda a una temperatura controlada de 37 º C para no perder ninguna de sus cualidades alimenticias y mantener su sabor único, apostando por un proceso totalmente artesanal respetuoso al 100% con la materia prima.
Como resultado se obtiene un queso curado de atractivo tono marfil, con un rotundo y permanente sabor que llena de vida vegetal las papilas gustativas. Una producción llevada a cabo con un metódico proceso de elaboración (12 meses mínimo de curación) que le ha llevado a ser nombrados el mejor queso del mundo*.
* Páramo de Guzmán se ha convertido en “el mejor queso del mundo” en Estados Unidos tras el lanzamiento del best seller The Telling Room, obra del periodista estadounidense Michael Paterniti quien en el año 2000 viajó a España para conocer la historia de Páramo de Guzmán, el queso del que se había enamorado diez años antes.
Un queso de producción limitada y artesanal, en las pequeñas queserías familiares de Asturias, elaborado con leche cruda del ganado, principalmente de vaca pero también en primavera y verano, mezclada con algo de cabra y de oveja, debido a que los ganaderos cabraliegos tienen rebaños mixtos.
Procede del valle de Valdeón, en León, en la estribación sur de los picos de Europa. La actividad principal de este valle era la ganadería vacuna de montaña, aunque sus pobladores se dedicaban también a elaborar quesos artesanos que curaban en cuevas y que se enmohecían durante la maduración. La gran calidad de esta leche de vaca es el secreto de este queso azul de sabor.